Al inicio se obtiene información sobre las situaciones problema que le aquejan a la familia y se establecen metas terapéuticas.
Se utiliza el diálogo dirigido para que el paciente observe su postura cognitiva en relación con su modo de envejecer abordando su dolor psíquico partiendo de los síntomas observables que pueden llevarse a sentirse inútil, poco productivo o incomprendido y devaluado. Se utilizan las herramientas de la terapia individual. Se busca la compresión familiar.
Se establece un programa de actividades y por medio del diálogo dirigido se busca que el paciente logre encontrar el sentido de su vida, su plenitud, la adaptación al nuevo cambio que esté experimentando en su cuerpo y en su mente y la aceptación de su nueva forma de vivir.