Al inicio se obtiene información sobre las situaciones problema que le aquejan a la pareja y se establecen metas terapéuticas.
Por medio del diálogo dirigido por el terapeuta por medio de preguntas (sin opiniones), se establece la comunicación entre la pareja y se observan situaciones que fueron inferencias pero no evidencias de la conducta que se hace mención como problema. Se busca establecer acuerdos, reconocer comportamientos poco eficientes para el compromiso con el otro; se ayuda a la gestión de emociones y sentimientos, se busca que cada uno genere habilidades para darse cuenta de que sus pensamientos irracionales (creencias) pueden estar trastornando su visión de sí mismo, del otro y del mundo.
Se sugieren técnicas para la pareja como la caja de los deseos, los abrazos, dedicarse tiempo de calidad para generar una mejor comunicación, se utiliza la técnica de cambio de roles, de dramatización, aceptación y compromiso, observar el manejo del espacio (personal, de pareja y familiar), programación de actividades (romper con la rutina), sexualidad (contactos eróticos, focalización sexual, etc), aspectos cognitivos (10 minutos de sinceridad donde se exploran las expectativas, atribuciones y valoraciones de cada persona de la relación), tiempo de quejas (sin reproches, ni acusaciones, ni implicaciones sin evidencia, más bien a través de la empatía y comprensión hacia el otro), etc.