Sientes que algo no va bien en tu relación, pero ¿no sabes identificar las “red flags” (Banderas rojas), o si estás en una relación tóxica?
En este artículo te explicamos qué es, las características y cómo identificarlo para que puedas dar un paso adelante en tu relación y disfrutar de la vida y no sólo existir en modo automático dentro de una rutina asfixiante.
Las relaciones tóxicas son aquellas en las que ambas partes son incapaces de impedir hacerse daño.
Esto puede referirse a una relación de pareja, pero también puede ser en la amistad, en el trabajo, incluso en una relación familiar.
Los signos que te deben alertar o lo que conocemos también como “red flags” de que puedes estar en una relación tóxica, suelen ser indirectos y subjetivos, por lo que puede resultar difícil alejarse de la relación no conveniente antes de que sea demasiado tarde.
Sin embargo, es importante prestar atención cuando se empieza a experimentar un malestar o cuando el comportamiento cambia, por ejemplo, de extrovertido pasas a ser retraído; en este momento es importante cuestionarse y hacer un examen de lo que pasa.
Si en la relación en que te encuentras te hace sentir mal, te sientes juzgado, desvalorizado, manipulado, amenazado, acosado, maltratado, o sientes un vacío difuso después de verte con la persona tóxica, es importante que te preguntes si estás en una relación no sana.
A continuación, se describirán las conductas tóxicas presentes los diferentes tipos de relaciones.
Menosprecio y denigración
En una relación tóxica, una persona puede tener la tendencia a denigrar y menospreciar constantemente a la persona con la que está.
El menosprecio se puede dar a través del humor o las bromas, emitiendo juicios sobre las cualidades, competencias o la personalidad del otro, o mediante la burla explícita (sarcasmos), implicando con esto que todo lo que expresa la otra persona, sus ideas, sus creencias o sus deseos, son algo estúpido.
También puedes notar que estás en una relación no vitamínica (tóxica), cuando tu pareja hace un juicio acerca de ti mediante la crítica discreta pero intensa; es decir, ataca tu esencia, tu dignidad, tu “ser persona”.
Intimidación y control mediante «mal carácter»
La persona tóxica suele mostrarse furiosa simplemente por recibir alguna opinión o porque no se esté de acuerdo con algo de su comportamiento, y podrá permanecer molesta durante días. Además, toma una actitud de alejamiento, de indiferencia y de vez en cuando se acerca a ti para que no la olvides.
Esta es una forma que tiene de controlar y chantajear emocional, psicológica y físicamente al no tener contacto contigo.
Nunca se sabe qué es lo que puede hacer que pierda el control y se enoje. Así es que siempre andas “a tientas” sintiendo que estás en una situación muy incierta. Controlas lo que vas a hacer o decir o piensas muchas veces la manera de transmitir tu opinión a tu pareja, pero siempre sintiendo miedo o temor.
Cabe mencionar que la pareja de «mal carácter» tiende a responsabilizar a los demás por sus enojos. Y también te responsabilizar de su infelicidad.
Inducción de culpa
Las personas tóxicas pueden inducir la culpa en el otro y así tratar de obtener control. Cada vez que haces algo, la persona tóxica intentará hacerte sentir culpable por la situación. Puede ser una mala decisión, un error, una omisión, un detalle que, desde su punto de vista y su momentánea situación emocional, percibe de esta forma esa circunstancia.
Excesiva independencia, no tener en cuenta al otro
En este caso se puede llevar la independencia demasiado lejos.
Para esta persona, compartir lo que hizo en su día o anunciar lo que va a hacer, lo expone a que el otro lo controle, y, por ende, a perder su independencia. Motivo por el cual no te dicen sus planes, toman la actitud de ostracismo encerrándose en sus propios pensamientos y en su silencio. La ansiedad que genera esto, debilita emocionalmente a la persona víctima de ese comportamiento y puede afectar tanto la salud física como la emocional provocando depresión, baja autoestima, ansiedad, fobias, miedos, ataques de pánico, llanto fácil, aislamiento entre otras cosas
Actitud posesiva y controladora
En estas relaciones se presentan celos obsesivos donde por lo general, una persona posesiva quiere que su pareja permanezca la mayoría del tiempo con ella y no le permite tener otro tipo de espacios ya sea con sus amigos o familiares.
También se presenta una actitud controladora donde uno de los dos tiene la necesidad de tener controlada a su pareja en todo lugar y momento sobre todo cuando se encuentren lejos además de que existe una constante falta de respeto por la intimidad del otro y realizan una serie de preguntas para conocer en detalle todo lo que realizó su pareja durante el día o cuando no estuvo con ella.
Si detectaste varios puntos que se asemejan a tu relación, la recomendación es acudir con un psicólogo, ya que cuenta con herramientas que te ayudarán a ti y a tu pareja emocional, familiar o laboral a salir de una relación que se ha vuelto dañina. Puede ser individual o en pareja, no es necesario que la ambos asistan a la terapia para que se pueda mejorar la relación, pero también es recomendable asistir ambos y resolver las dificultades que ocasionan el daño en la relación